Este método fue desarrollado en 1940 y se ha venido utilizando a través de los años con excelentes resultados. En la actualidad es empleado por psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y orientadores escolares como un procedimiento efectivo para comunicarse con los niños. Para utilizar este método es necesario contar con experiencia dentro del desarrollo infantil (etapas del desarrollo) y algún conocimiento de los métodos proyectivos.
Características de los pacientes con quienes se usa
Por lo general el método Erica es utilizado con niños entre los 3 y los 12 años. Sin embargo, en ocasiones los adolescentes y los adultos aceptan la oportunidad de incluir este tipo de herramientas a sus experiencias.
Dado que para el uso de la técnica no es necesaria una comunicación verbal, es ideal para utilizarse con una población que no puede responder a este tipo de tareas, ya sea por razones de desarrollo u otras. El Método Erica se utiliza con éxito en escuelas para niños sordos. De igual manera, se utiliza con niños que presentan algún tipo de trauma y maltrato. Los juguetes y el cajón de arena les proporcionan una oportunidad para proyectar sus sentimientos así como para revelar su experiencia anterior de una forma segura y no amenazante.
Logística
Este método consta de 360 diferentes juguetes pequeños, los cuales deben guardar la proporción de tamaño unos con otros. La mayoría de niños necesita de poca motivación para empezar a construir su mundo con estos juguetes, aunque en algunos casos algunos podrían mostrar conductas como hiperactividad o bien un trastorno del impulso. Por parte los aspectos como arrojar la arena fuera de la caja o destruir los juguetes pueden denotar que el niño se encuentra abrumado por la situación y no esta preparado para funcionar dentro de la estructura de este método, por lo que no resultaría provechoso llevar a cabo este proceso en momentos donde se presentan estas situaciones.
¿Cómo se lleva a cabo el procedimiento?
Cuando el niño o niña entra en la sala de juegos, se le presentan los juguetes que están guardados en un armario abierto con repisas divididas en 12 compartimientos. Para que el procedimiento se lleve con éxito se deben retirar cualquier otro tipo de juguetes o materiales de la sala. Es importante que los juguetes sean de fácil acceso y proporcionen al niño una perspectiva global del contenido del armario.
Los juguetes se dividen en 10 categorías:
1. Soldados, vaqueros e indios.
1. Soldados, vaqueros e indios.
2. Otras personas.
3. Animales salvajes.
4. Animales de una granja.
5. Vehículos de transporte.
6. Materiales para la guerra.
7. Construcciones.
8. Verjas.
9. Casas y árboles.
10. Objetos para interiores.
Los juguetes deben ordenarse a lo largo de un continuo, de los pacíficos a los agresivos, sobre los ejes verticales, sobre los horizontales se les acomoda bajo el criterio de si son móviles, activos o estáticos. Es importante proporcionar un trozo al niño un por si deseara crear algún elemento que les pueda faltar entre la colección de modelos que dispone.
Entre los juguetes se incluyen: cañones, lanchas, verjas, árboles y construcciones de diferentes modelos y medidas, al igual que vehículos como carros deportivos, camiones, patrullas de policía y carrozas fúnebres. Figuras de familias conformadas por cinco integrantes como el padre, la madre y tres niños. También se debe contar con figuras para que el niño se identifique de acuerdo al orden de nacimiento. Se incluyen figuras de fantasía como un rey, una reina, ángeles, un lobo pequeño y una bruja. También hay figuras hechas en estacas de madera. Por lo general los niños con dificultad significativa en las relaciones interpersonales seleccionan las figuras de madera de modo único en vez de escoger las que tienen una mayor apariencia humana.
¿Cómo se lleva a cabo la observación del juego?
En el momento que el niño elige un cajón, el terapeuta debe sentarse en un lugar que le permita observar y registrar su conducta sin entrometerse en el juego que el mismo desarrolla. Además debe hacer anotaciones continuas y cronológicas.
El terapeuta mantiene una función de observador activo que intenta ser empático y estar disponible, pero sin hacer comentario alguno, ni interpretar el juego. Cuando el niño hacen preguntas se le reflejan de nuevo con tanta frecuencia como sea posible pero si plantea preguntas específicas como: “¿qué es esto?”, con frecuencia queda satisfecho cuando se le responde: “¿qué te parece a ti que es?” No obstante, si el niño insiste en obtener una respuesta, lo mejor será decirle de forma directa: “creo que es un auto. ¿Qué crees tú que sea?”
Este método no es directivo ya que el terapeuta debe intentar ser pasivo y neutral, al mismo tiempo que se muestra interesado y apoya lo que el niño hace. El objetivo es hacer que el niño se sienta libre para expresar sus pensamientos y sentimientos.
¿Qué límites se deben establecer?
La duración máxima de la observación es de 45 minutos y el terapeuta debe preparar con cuidado al niño para la terminación, dando el anuncio cinco minutos antes. Si el niño está listo antes el terapeuta debe permitirlo. Sí el niño desea colocar los juguetes en donde estaban, el terapeuta debe afirmar suavemente que no es necesario, pero si insiste, se le debe permitir.
¿Qué hacer después que el niño ha terminado con su construcción?
Cuando la observación ha finalizado, el terapeuta procede a preguntar al niño acerca de la construcción que realizó en la arena. Se deben evitar comentarios que puedan interpretarse como crítica o elogio. La indagación comienza con preguntas como: “¿qué está pasando aquí?, o “por favor, cuéntame acerca de tu mundo”, es importante no presionar al niño para que haga revelaciones. Los niños pequeños con frecuencia tienen problemas para describir y explicar de forma verbal su juego, entonces el evaluador tendrá que confiar en sus interpretaciones personales hipotéticas y simbólicas.¿De cuántas sesiones consta el proceso?
El hecho de aplicar tres sesiones separadas permite observar una continuidad e incluso repetir los temas. Las comparaciones y evaluaciones proporcionarán información respecto al tipo y grado de patología. Un primer mundo no tiene la probabilidad de producir sino características superficiales. En observaciones posteriores, el niño se siente más relajado y familiarizado con frecuencia capaz de crear una escena plena de significado y bien organizada.
Por otro lado, una serie consecutiva de construcciones desorganizadas tiene la probabilidad de ser indicativa de una psicopatología. El terapeuta debe hacer anotaciones durante toda la observación acerca de qué materiales utiliza el niño y cómo se desarrollan las construcciones o el juego de éste, para ello se utilizan formas de evaluación estandarizadas; y posteriormente estas servirán para resumir las observaciones y para valorar la información que se obtuvo con respecto al niño. Además funcionan como una ayuda en la formulación del informe final y de las recomendaciones para intervenciones posteriores.
Evaluación del juego en la arena
Para la evaluación, se deben tener e cuenta los aspectos formales como los de contenido. Cada uno de los cajones de arena se evalúa por separado. La evaluación final se basa en la continuidad y la repetición de los elementos estructurales y temáticos. Sólo por medio del análisis, tanto de las variables formales como de las de contenido, es que surge la imagen proyectiva completa del juego. Los aspectos del método proporcionan “insight” dentro del funcionamiento psicológico del niño.
Diferentes columnas sobre la hoja de evaluación ayudan a resumir la información del transcurso de las tres observaciones y ayudan al terapeuta a formular hipótesis e impresiones relacionadas con el diagnóstico, sobre las cuales se realizan las recomendaciones finales.
Interpretación de los aspectos formales
Estos incluyen los siguientes factores:
1. Selección y tratamiento de la arena.
2. Número de juguetes y categorías
utilizadas.
utilizadas.
3. Nivel de desarrollo dentro del juego en la arena.
4. Cambios y correcciones.
5. Límites de tiempo.
6. Niveles de la composición.
Las comparaciones entre los resultados de los tres cajones de arena ayudarán al terapeuta a valorar tanto el origen como la gravedad del problema. Si por ejemplo las tres construcciones en el cajón de arena muestran un mejoramiento gradual, esto puede significar que las dificultades del niño sean de naturaleza más reactiva y transitoria. Por otro lado, una serie de tres mundos desorganizados, sin recuperación aparente en el transcurso de las tres sesiones, puede sugerir una psicopatología más grave. Los aspectos que se evalúan en esta área son relativamente objetivos por lo que se puede entrenar a diferentes terapeutas para que realicen evaluaciones de manera confiable.
Análisis de contenido
La descripción del niño respecto al mundo después de que se ha terminado, proporciona información valiosa acerca del significado de la creación. Algunas preguntas que podría hacerse el terapeuta son las siguientes: ¿existen temas repetidos acerca de la soledad, la agresividad o el nutrimiento? ¿Se presentan colisiones o accidentes violentos? ¿Cómo se relacionan entre sí las figuras humanas? ¿Existen objetos de identificación? ¿El niño describe escenas atemorizantes de la vida real, o el juego es una proyección del pensamiento que evoca un deseo?, etc.
Análisis final
Después de las tres sesiones, la información recopilada sobres las hojas de observación y a partir de la toma de notas, el terapeuta deberá realizar sus interpretaciones, con la utilización tanto de aspectos formales como los de contenido. Esto conduce a la hipótesis respecto al nivel del desarrollo del niño, de su personalidad, su fortaleza, sus defensas y problemas psicológicos. También se deberán realizar impresiones diagnósticas. Es importante mencionar que las sesiones son excelentes oportunidades para que el terapeuta observe la calidad de la relación interpersonal del niño y su probable respuesta a la psicoterapia.
Referencia Bibliográfica
Schaefer, C. E. (1988). Manual de Terapia de Juego. México: El Manual Moderno.

