Estos juegos te permitirán trabajar el autocontrol con niños:
El Lazarillo
Objetivo: lograr una confianza suficiente para que se pueda dar la
colaboración.Materiales: pañuelos o vendas para tapar los ojos.
Desarrollo: la mitad del grupo tiene los ojos vendados. Están agrupados de dos en dos (uno vendado y uno es el guía). Los guías eligen a los vendados sin ser identificados. Durante unos minutos los lazarillos conducen a los niños vendados, después de un rato, se cambian los papeles. Los nuevos guías vuelven a elegir a su lazarillo sin ser vistos. Después se hablará de los sentimientos que cada niño ha tenido.
Aros Musicales
Objetivo: tener en cuenta los sentimientos de los demás a la hora de actuar. reconocer y responsabilizarse de los propios actos. Establecer normas consensuadas.
Materiales: aros de psicomotricidad (plasticos) y un equipo de música.
Desarrollo: para comenzar a jugar, los participantes se agrupan por parejas, colocándose cada una dentro de un aro de psicomotricidad. Cuando suena la música cada pareja se desplaza por la habitación bailando dentro de su aro, cuando para la música, cada pareja se tiene que juntar con otra y colocarse juntos en el interior de los dos aros (uno encima del otro, funcionan como uno solo). El juego continúa hasta que el mayor número de participantes esté dentro del único aro. Es importante que exista una coordinación de movimientosentre las personas que están dentro de un mismo aro a la hora de moverse, no sólo por la idea de cooperación sino también por el dominio del propio cuerpo.
Las Abejas Trabajadoras
Objetivo: confiar en uno mismo.
Materiales: objetos varios.
Desarrollo: uno de los niños sale de la habitación mientras los otros eligen un objeto: un cuadro, un reloj etc... Al incorporarse el niño que salió, el grupo imitará el ruido de las abejas: “bzzz, bzzz…”, aumentando la intensidad si se aproxima al objeto seleccionado y disminuyendo si se aleja de él. Cuando lo adivine, se repetirá el juego con otro niño.
El Semáforo
Objetivo: aprender a controlar los sentimientos y los impulsos.
Materiales: tres globos pequeños por cada niño: uno rojo, otro amarillo y otro verde.
Desarrollo: Sentamos a los niños en círculo y les entregamos a cada uno un globo rojo, otro amarillo y otro verde. Comenzamos una charla sobre sus rabietas: cómo reaccionan cuando se enfadan, por qué y si consiguen algo así. Les decimos que lo mejor que podemos hacer cuando nos enfadamos, en lugar de patalear o llorar, es explicar qué es lo que queremos y por qué. Vamos a ponerles situaciones que puedan provocarles enfado (por ejemplo, que quieran algo y no se lo compren, que quieran jugar con un juguete con el que quiera jugar otro niño…) y preguntamos cómo reaccionan ellos en esos casos. Pedimos a un niño que responda a una situación. El resto de los niños deberá valorar su reacción con los globos en función de si se ha parado a pensar e intenta razonar (globo verde), si dice algo que indique que se empieza a enfadar (debemos complicarle el caso para que reaccione), en este caso, los demás deberán mostrar los globos amarillos, que indican percaución, o si grita y patalea, en este caso, los demás mostrarán los globos rojos indicando “stop”. Y diremos entre todos como se podría reaccionar en estos casos.Los Contrarios
Objetivo: conocer, expresar y controlar los sentimientos propios. Tener en cuenta los sentimietnos de los demás a la hora de actuar.
Materiales: dos gorros de papel confeccionados por ellos mismos.
Desarrollo: un jugador toma los dos sombreros de papel y va a ofrecer uno a un jugador de su elección. A partir de ese momento, el elegido debe efectuar los gestos exactamente contrarios realizados por el primer jugador. Si éste se pone el sombrero, el otro tiene que quitárselo. Si ríe, el otro tiene que llorar. Si el segundo jugador comete un error, es eliminado y entrega su sombrero al conductor, que elegirá a otro jugador. Si no comete ningún error en un periodo corto de tiempo, se convierte en ganador y pasa a ser conductor y toma el otro sombrero para ir a ofrecérselo a otro niño.