martes, 25 de agosto de 2015

Terapia de juego No-Directiva


La terapia de juego se basa en el hecho de que el juego es el medio natural de autoexpresión que utiliza el niño. Es una oportunidad que se le da para que exprese sus sentimientos y problemas por medio del juego, de la misma manera que un individuo puede verbalizar sus dificultades en ciertos tipos de terapia con adultos.   


En el caso de la terapia de juego no-directiva el terapeuta deja que sea el niño el responsable e indique el camino a seguir; de tal forma se ofrece al niño la oportunidad de actuar por este medio todos sus sentimientos acumulados de tensión, inseguridad, agresión, perplejidad y confusión y de este modo crecer bajo las condiciones más favorables.



El juego ayuda al niños a: 
  • Desarrollar habilidades físicas 
  • Descubrir lo que es "yo" y "no yo" 
  • Entender las relaciones
  • Experimentar e identificar emociones
  • Practicar roles  
  • Explorar situaciones 
  • Adquirir dominio

En esta terapia el niño basa su proceso en el presente y permite que los cambios ocurran, incluso de un minuto a otro durante el contacto terapéutico. El ritmo y la velocidad son marcados por el niño y dependen de la reorganización de experiencias acumuladas y vividas, pensamientos, actitudes y sentimientos que hacen posible en él o ella una introspección.

Principios básicos 


Para lograr que esta técnica de resultados positivos, es importante que el terapeuta tenga en cuenta y ponga en práctica consistente e inteligentemente los siguientes principios:

1. El terapeuta debe desarrollar una relación interna y amigable con el niño, mediante la cual se establece una armonía lo antes posible. Esto facilita el rapport y crea un vínculo  de manera más rápida.

2. Aceptar al niño tal y como es.

3. El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la relación, de tal forma que el niño se siente libre para expresar sus sentimientos por completo.

4. El terapeuta debe estar atento a reconocer los sentimientos que el niño está expresando y los refleja de nuevo hacia él de tal forma que logra profundizar más en su comportamiento.

5. El terapeuta debe observar y mostrar respeto por las habilidades que el niño posee para solucionar problemas, si a éste se le ha brindado la oportunidad para hacerlo. Es responsabilidad del niño decidir y realizar cambios

6. El niño es quien guía las conversaciones y acciones.  Guía el camino que el terapeuta debe seguir.

7. La terapia es un proceso gradual que no debe ser apresurada por el terapeuta y debe respetarse como tal.

8. Únicamente debe imponerse limitantes que sean verdaderamente importantes y necesarias para  que la terapia se conserve realista y el niño se haga responsable de su parte en la relación paciente-terapeuta.


Fuente: Terapia de Juego. Virginia Axline